miércoles, 3 de noviembre de 2010

La Flor de la Diamantina - Parte 2

No bien el sol comenzó a acariciar el mas cercano horizonte, Koga y Ayame montaron sobre Kirara y salieron en busca de la preciosa flor. Kirara era un gato de dos colas, muy pequeño, que era capaz de convertirse en una criatura del tamaño de un tigre, con colmillos de sable, obteniendo la capacidad de volar.
En el viaje, a pocos kilómetros de Hijiri, Koga recordó que primero debían reunir cuatro objetos, representantes de los cuatro elementos del universo.
- Eso ya lo tengo cubierto – Le respondió Ayame – En el camino hay dos aldeas, un lago y un valle. En los pueblos, llamados Mitsko e Izayoi, encontraremos los elementos de tierra y aire. En el lago llamado Tsasuke estará el elemento de agua, y en el valle Tsukiomi estará el elemento de fuego.
- De acuerdo.
Al llegar al pueblo Mitsko, se encontraron con algo espantoso. Alguien había realizado una masacre allí, y faltaba el elemento de tierra.
- Alguien se nos adelanto – Dijo Koga, inspeccionando los cadáveres.
- Y no alguien con muy buenas intenciones – Agrego Ayame.
Koga, ya sintiendo un desafío cerca, tomo las riendas de la situación:
- Rápido, vayámonos de aquí. Debemos llegar a Izayoi lo más pronto posible. Aun tenemos posibilidades de llegar antes que este sujeto, ya que los cadáveres son muy recientes. Tú ve con Kirara, yo iré corriendo. Llegare más pronto.
Ayame sin poder ni contestarle, monto en Kirara con destino a Izayoi.
Al llegar al siguiente pueblo, Ayame no noto nada extraño, salvo la ausencia de Koga. Desmonto de Kirara y hoyo un fuerte impacto dentro de Izayoi. Acto seguido, una gran nube de humo baño a todos los aldeanos, y cuando Ayame logro recuperar algo de visibilidad, vio pasar a Koga corriendo a su lado, sin notarla. Todos los aldeanos se quedaron mirándolo extrañadamente mientras pasaba por el pueblo. Ayame decidió seguirlo, y cuando logro alcanzarlo vio a una criatura horrible. Tenia aspecto humano, pero de su pecho y manos salía un ojo rojo, al igual que los suyos, aterradores y malignos. Sus cabellos negros eran largos y ondeados, y su vestimenta estaba compuesta por una armadura, pantalones con una extraña textura y en su espalda poseía tentáculos. Esta criatura lograba aterrar a Ayame.
- Atrás, Ayame –Koga tiro su brazo contra Ayame para que reculara- Este sujeto es extremadamente peligroso.
- Si, pero…Koga.
- ¿Qué sucede Ayame? –
- Cuídate, por favor – Ayame se notaba verdaderamente preocupada.
Koga se paro frente a ella, la tomo de las manos y con un tono muy dulce le dijo:
- De acuerdo, lo haré –Y la abrazo- Ve al lago, yo me encargare del elemento de este pueblo.
Ayame monto en Kirara, y mientras se alejaban podía notar el comienzo de una feroz batalla. Al divisar a Koga, tomo la cadena que colgaba de su cuello y recordaba el momento en el que se la había obsequiado, aquella noche en el Bosque sin Retorno. Una lagrima cayo de su rostro.
Al llegar al lago Tsasuke, Ayame diviso claramente el objeto que buscaba: La Prenda de Plumas de Cisne, que se encontraba en las profundidades de Tsasuke. Ese lugar era realmente hermoso. El agua del lago era extremadamente calida y cristalina. El bosque que lo rodeaba era puramente de pinos, altos y angostos, que se dibujaban sobre el lago, creando una imagen armoniosa y perfecta. Allí, el aire era totalmente puro, y los vientos calmaban cualquier ansia. Sin duda, era un lago que poseía alguna cualidad mágica.
Ayame pensaba nadar hasta la prenda, pero calculo la distancia y le alcanzaría el aire para llegar, y no para volver. Así, que opto por ir en Kirara. En tanto llego a lo mas profundo del lago Tsasuke, a punto de tomar la prenda, un campo de energía que cubría la misma la repelo, apartándola así, a gran velocidad de la prenda, haciendo que choque contra una enorme roca, introducida en la tierra, perdiendo la conciencia. Kirara la tomo de su ropa y salieron lo antes posible del agua.
Estuvieron allí una hora hasta que llego Koga. Ayame seguía inconciente, así que trato de reanimarla por todos los métodos a su alcance, pero no lo logro. Así que fueron a la choza de un amigo de Koga, cercano a la zona, para que despertara a Ayame y curara sus heridas. Paso media hora hasta que Ayame despertó, y volvieron a emprender viaje hacia el lago Tsasuke.
- Koga, ¿Qué sucedió en Izayoi contra aquella criatura? –Le Ayame a Koga.
- Ja… -Con un tono victorioso Koga le respondió- Al pobre iluso lo destruí, no debieron quedar ni rastros de el.
- Aun así me preocupa -Ayame se notaba temerosa- Esa mirada que tenia no expresaba exactamente debilidad, sino odio y poder.
- Sea lo que sea ya lo destruí –Koga la tomo de las manos- Y te prometo que jamás volveré a dejar que ese asqueroso monstruo te cause temor. Jamás dejare que algo te suceda.
- Gracias, Koga – Ayame sonreía tontamente. Estaba algo nerviosa.
- No hay de que – Otra vez Koga tenía en su rostro esa calida sonrisa que hechizaba a Ayame.
Cuando llegaron al claro de agua Tsasuke, Ayame le explico lo ocurrido a Koga.
- Debe ser porque tú ya tuviste este elemento en tu poder. La Prenda de Plumas de Cisne solo puede ser poseída por alguien una sola vez al momento de quitarla del lago. Iré a tomarla yo -
Explico Koga mientras montaba en Kirara para introducirse en el agua. Ayame había quedado sola allí afuera, esperando a Koga y a Kirara, cuando de entre los árboles apareció aquella criatura, a la cual Ayame le temía tanto.
- Aun no nos habíamos presentado, Ayame –Le dijo ese sujeto- Mi nombre es Naraku.
“Este sujeto no tiene ni un solo rasguño” Pensaba Ayame “Koga había mencionado que ya no quedaban ni rastros de el”.
     - Seguramente Koga menciono el haberme destruido –Continuo Naraku- Es verdad, lo hizo. Pero mi cuerpo logra regenerarse, y con cada regeneración me vuelvo más fuerte, cosa que Koga no noto, y se marcho. Ya poseo el elemento de aire, pero preciso los de tierra y agua que Koga tiene en su poder. Así que tendré que conducirlo hasta mi castillo.
     - ¿Y como crees lograrlo? ¡Conozco a Koga y se que no caerá en tus sucios planes! – Ayame ya no sentía miedo, sino que estaba verdaderamente furiosa y odiaba a Naraku.
    - No será muy difícil atraerlo si su pobre amada fue secuestrada…Así, que tendrás que venir conmigo – Acto seguido de detrás de su espalda salieron cuatro tentáculos que amarraron por brazos y piernas a Ayame, y la arrastraron contra su cuerpo, sujetándola con una terrible fuerza.
Mientras intentaba liberarse a toda costa, Ayame gritaba con desesperación el nombre de Koga, que desde las profundidades del Lago Tsasuke, este logro escucharla y salio del agua en pocos segundos. Pero ya era tarde. Naraku había puesto un campo de energía para el y Ayame.
     - Te espero en mi hogar Koga. Claro, si es que deseas salvar a esta mujer – Y mientras se disipaba en el aire, Naraku le menciono - Tienes hasta el atardecer del día siguiente para llegar, y asegúrate  de llevar contigo los tres elementos restantes - Luego de esto, Koga solo se contuvo en decirle a Ayame que todo estaría bien. Se abalanzó hacia ella y logró sentir la ultima sensación de sus manos, frías y pálidas. Aunque eso no la detuvo a ella para sonreírle calidamente al hombre lobo, por más que su mirada estuviera llena de dolor y angustia.

martes, 2 de noviembre de 2010

La Flor de la Diamantina - Parte 1

Se dice que hace quinientos años atrás, en un remoto pueblo de China llamado Hijiri, habitaba una flor única en el universo, a la que llamaban La Flor de la Diamantina, por poseer pétalos como cristalinos diamantes, rocío de la más fresca y pura agua, y un tallo poco peculiar, de color azulino con pequeños destellos como doradas estrellas.
Esta bella flor habitaba en un enorme y majestuoso jardín, perteneciente a la sobrina del rey de China, llamada Ayame, que había sido apartada del pueblo, habitando una pequeña isla en uno de los lagos del pueblo, dentro de El Gran Bosque Niagara. La isla, nombrada Tierra de las Estrellas por los aldeanos del pueblo, bastaba para sostener aquel enorme jardín y hermosa casona, construida con columnas de marfil, cortinas de seda y balcones construidos con piedra de Las Montañas del Oriente.
La Flor de la Diamantina, provenía de las Montañas Sagradas de China, donde habitaba el arbusto de las Flores de Diamantes, cuyas raíces se nutrían con las lluvias y se contentaban con los rayos del sol. Todas aquellas flores poseían la virtud de conceder deseos, pero se debía rendirle tributo a los dioses que alimentaban aquel arbusto sagrado, que involucrasen los cuatro elementos del universo: fuego, aire, tierra y agua, para lograr ser dueño de una de ellas. De esta manera, Ayame logro conseguir los cuatro elementos especiales, representantes del universo, y le fue concebida la Flor de la Diamantina, la única flor que se destacaba del resto, y la única en la historia. Durante años, muchos caballeros, peones, aldeanos y sirvientes, escalaron aquellas montañas en busca de alguna de esas flores, y murieron en el intento, ya que era un camino muy arduo, y si se pedía el deseo correcto, los dioses actuaban, obsequiándote alimento y agua, y otorgándote las fuerzas necesarias para volver.
La misión de Ayame, era cuidar aquella flor durante toda su vida y no pedirle deseos ambiciosos; así, al morir, seria bendecida apartándosele el lugar mas magnifico del cielo. Ella, al ser una muchacha pura de alma y corazón, no tuvo muchos inconvenientes para seguir aquella misión. Ni siquiera las tentaciones del infierno lograban desviarla de su camino, hasta el día en el que conoció a Koga.
“Cuenta la historia de los cien dioses y mil ángeles, que hace ocho años, durante una noche en la cual la atmósfera era como una cortina de seda sobre la bruma, y las flores lograban aclarar hasta la mente del demonio mas maligno, una pequeña corría por su vida dentro de El Bosque Sin Retorno. Aquel bosque, haciéndole honor a su nombre, estaba completamente habitado por demonios. Ni hasta el humano más valiente con la espada más filosa, lograba salir de aquella tempestad con vida. Es así, que esta niña llamada Ayame, al poseer tan solo ocho dulces e inocentes años, desconocía el terror que acechaba aquel bosque día y noche.
En su recorrido a lo largo del bosque, Ayame había hallado unas preciosas flores, las cuales poseían el aroma de los lirios, los pétalos de una rosa y el tallo como el de un jazmín, cuando cinco monstruos aterradores y escasos de comida la encontraron. En la persecución, Ayame no lograba soltar aquellas flores, como si hubiera un fuerte vínculo que las ataba. La niña cae rendida al suelo al tropezarse con unas raíces, cuando los monstruos la rodearon, listos para matarla. Ayame estaba aterrada, no sabía que pasaba, lloraba por instinto sin saber por que. Uno de los seres agito su garrote hacia Ayame, cuando los monstruos son gravemente heridos por un demonio lobo. Pero no era un demonio cualquiera, sino que era un Hanyou, un semi-demonio que poseía sangre humana como de demonio, por ello, había decidido salvar a Ayame. Este hombre lobo resultaba ser el líder del clan de los demonios lobos del Este, y su nombre era Koga. La cargo en su espalda y la llevo hasta su aldea. Cuando estuvieron en la isla que habitaba Ayame, ella le regalo las flores que había encontrado y el le dio una cadenita que tenia como recuerdo de su madre. Esta fue la razón por la cual Ayame jamás logro olvidarse de Koga, el hombre lobo que le había salvado la vida”.
- Esa es la historia que recorre los alrededores sobre esta niña, que se dice que es la sobrina del rey de China, y que vive en un pequeño pueblo llamado Hijiri – Comentaban dos aldeanos de una aldea vecina a Hijiri.
- Si, también se comenta que aquella noche, Ayame le pidió a La Flor de la Diamantina volver a ver a Koga, y la flor se lo concedió. Aunque cada vez los deseos de Ayame eran más continuos y egoístas, entonces los dioses la reprimieron convirtiéndola en una mujer lobo, y quitándole La Flor de la Diamantina, por lo que fue apartada de Hijiri y nadie posee el derecho de observarla. El rey la mantiene escondida por temor a que sea enviada a El Bosque Sin Retorno, como a casi todos los demonios. Muy pocos son los que han logrado escapar de las garras de ese bosque.
Estos aldeanos, sin darse cuenta, estaban siendo oídos por Koga, por lo que salio en busca de la joven Ayame, ya que el tampoco se olvidaba de aquella noche en la que se habían conocido, y deseaba volver a verla. Como era muy veloz, logro llegar a Hijiri en dos horas, en el punto justo de atardecer. Incansablemente busco en todos los rincones del pueblo, hasta que halló el Gran Bosque Niagara, se introdujo en el y encontró el lago que sostenía la isla en la que habitaba Ayame. Pretendía nadar para llegar, pero noto una gran distancia y además estaba verdaderamente fatigado, así que opto por trepar hasta la punta de un pino y desde allí, saltar.
Al caer, Koga tropezó con un ceto de dos metros de alto y luego cayo sobre la fuente principal del jardín. Provoco tal estruendo que la mascota de Ayame, Kirara, salio al patio para cerciorarse sobre la situación. Al notar que era Koga, una sonrisa cubrió su rostro y entro enseguida a la casona. Pocos minutos después, apareció Ayame en uno de los balcones y desde el, salto hacia donde estaba Koga.
- Ya lo debes haber notado – Le dijo Ayame mirándose, a Koga.
- Si, lo note, pero… ¿Cómo fue que sucedió?
- Los dioses al notar la intención de mis continuos deseos me castigaron, convirtiéndome en una mujer lobo y quitándome la Flor de la Diamantina.
- Y, ¿Qué sucedió con la flor?
- Volvió a su lugar de origen, al arbusto en las Montañas Sagradas.
- De acuerdo, entonces… - Koga se frotaba la barbilla, estaba muy pensativo. – Hay que recuperarla.
- Pero, tú conoces los peligros y dificultades que hay que sobrepasar. Tu mismo lo intentaste, y aun así con tus habilidades, casi mueres.
- Tu solo confía en mi – Le dijo Koga a Ayame con una sonrisa calida que hechizo a Ayame. Cuando salio de aquel trance le respondió:
- De acuerdo. Partiremos mañana apenas salga el sol. Quédate aquí durante la noche, así evitaremos desencuentros que nos atrasen.

Hola a todos!

Bien, les traigo noticias nuevas!
Ayer termine de pasar en mi computadora un cuento que habia escrito hace un par de meses, y al imprimirlo me dije: ¿Por que no compartirlo con los demas? Asi que en la proxima entrada subire una parte del cuento, y asi sera un par de dias hasta que termine de subirlo...
Trata de Ayame, una muchacha de 15 años, sobrina del rey, transformada en mujer lobo; y de Koga, un hombre lobo que le salvo la vida a la muchacha cuando eran pequeños.
Todo comienza cuando a Ayame se le quita La Flor de la Diamantina, ya que esa flor poseia la virtud de conceder deseos, y ella los habia usado de mala manera. Koga se entera de lo sucedido, y desea ir en busca de la mujer lobo, ya que ni el ni ella se habian podido olvidar del otro. Cuando se reunen, deciden ir a recuperar La Flor de la Diamantina, pero para ello, necesitaban cuatro objetos especificos que representasen los cuatro elementos de la Tierra: Agua, fuego, aire y tierra. En la busqueda de esos tesoros, se topan con una figura maligna, un ser que ya desde hacia tiempo venia atormentando la vida de uno de ellos.

Bueno, espero que les guste ya que disfrute mucho escribiendolo...
"La Flor de la Diamantina"Muy pronto!

domingo, 12 de septiembre de 2010

Si lo que quieres es soñar...

Bueno, para abrir personalmente este blog, aqui les traigo tres poemas que escribi yo. Espero que les gusten mucho, y no olviden de dejar su opinion...A soñar, soñadores!

Lo que fue Antes

La luz del sol se asoma a mi ventana,
Sofocada por el pintado de negro cielo azul.
La luz de la luna enmarca el resplandor de la arena,
Contrastante contra las relajantes sales del mar.

La brisa calida de la mañana silba entre los árboles,
Creando perpetuas armonías de paz y tranquilidad.
Las vivas flores y el gran arco iris,
Brillan e iluminan el paisaje del bosque.

Una tenue lluvia se acerca a la deriva,
Arrastrando nubes oscuras y extenuantes.
El paisaje cambia, la armonía desaparece.

El brillante cielo azul se torna gris y tenebroso.
Los bosques son negras cuevas,
albergantes de todo fantasma.
La luz de la luna queda atrapada entre las sombras de los espíritus.

La luz es oscuridad,
La armonía es terror,
Lo vivo es muerto,
Lo blanco es negro…

Lo que antes era nuestro, ahora es de nadie.

Ambiguos Guerreros

El cielo se estremece entre las nubes,
Se oye el grito de los dioses.
Una maravilla se acerca, maravilla de oro y plata.
Grandes ángeles abren los cielos,
Mientras a la lejanía se siente su coro.

Siente un clan de espíritus: Ambiguos y sin lugar.
Di un clan de espíritus: Lo que fue ya no será.

Guerreros sin corazón, guerreros sin esperanza.
Se abren paso entre las penumbras.
Guerreros sin alma, guerreros sin miedo.
Oyen a los fantasmas, anunciando la velada.

El latido de los océanos,
Provoca las grandes olas,
Impulsadas por aquellas aves,
Presas de la propia distancia.

De las selvas espesas, oscuras y tenebrosas,
Se escucha el habla de raptadas criaturas.
Recuerdos efímeros atraviesan sus mentes,
Con el implacable deseo de escapar.

Ya no hay diferencia entre el dia y la noche,
El cielo se oculto detrás de la oscuridad.
El brillo del mar cada vez se hace mas tenue.
La blancura de la arena se opaca a medida que los fantasmas descienden.

Los guerreros vuelven a aparecer, desafiantes como siempre.
Decididos a crear un rayo de esperanza.
Sus corazones se entibian y sus espiritus descienden,
Su alma vuelve a sus cuerpos y poseen sentimientos.
Logran sentir, el amor por la paz.

Un Efimero Sueño

Canciones en mi mente,
Retumban a la par de mis recuerdos.
Sueños y deseos efimeros,
Se abren paso puerta a puerta.
Un tenue destello purifica las sombras,
Un rayo de esperanza me alienta a seguir.

Una pequeña flor halle en la pradera,
Dominada por la sequia, la penumbras y las tinieblas.
Al tomarla senti su miedo, sus deseos de libertad.
Los cielos se abrieron, un coro se oyo a la lejania.
Una enorme luz me enceguecia, al brillar contra la tierra.

Era el sol, por primera vez sentia su calor.
Un enorme cielo se ilumino.
Brisas calidas se apropiaron del lugar,
Hasta llegar a mi rostro, y acariciar mis mejillas.
Los arboles florecieron, desplegando brillantes hojas con frutos.

La pradera se enmarco de armonia espiritual.
Se inundo de flores de loto, lirios, jazmines y calas.
El cesped del lugar era verde esmeralda,
rociado con pequeñas gotas de lluvia.

Aquella pequeña flor, que anteriormente le daba vida al paisaje,
Ahora quedaba menospreciada por el relajante campo.
Estaba triste, lloraba sin consuelo.
Se sentia una menos, excluida. Sentia que no pertenecia a ese lugar.
Lentamente se marchitaba, sus colores se degradaban.
Iba agachando la cabeza, y suspiraba con resignacion.

La tome suavemente, y la acobije entre mis manos.
Le di un poco de mi calor y contencion, le transmiti amor y paz.
Gracias a ella, habia logrado tener una minima esperanza.
Gracias a ella, mis ojos habian sido abiertos, aptos de contemplar luz
Gracias a ella, los efimeros deseos se habian vuelto realidad.
Gracias a ella, los espiritus del mal habian anunciado su retirada.

Todo cambiaba, la melodia de la cancion se presentaba.
Una dulce melodia a piano y violin, bloqueaba mis pensamientos.
Sumisa como ella sola, me hundia poco a poco en su armonia.
Mis ojos comenzaban a cerrarse, mis sentidos iban anulandose.
Pronto una tenue neblina me cubrio, y cai sobre la pradera.

Aquella pequeña flor, dueña de mis esperanzas,
No era mas que otro efimero sueño.

sábado, 11 de septiembre de 2010

Bienvenidos Soñadores!

Aquí les doy la bienvenida a este nuevo rincón de creatividad y belleza...
Lo abrí por la simple y única razón de que amo escribir historias y poemas, y me gustaría poder compartirlas con los demás.
Y para los demás soñadores que, de vez en cuando dejan librar su imaginacion y se dejan llevar por la magia, les dejo este espacio para que podamos compartir historias y poesías juntos.
Pueden mandar sus historias y poesías a belenfernandezgayral@hotmail.com o a belenfaninuyasha@hotmail.com.ar .
Para asegurarnos de que lo enviaron, dejen un comentario en la ultima entrada del blog avisando que mandaron su historia, por si no llega al mail o se pierde.
Dejare un comentario personal mio en cada creación suya, totalmente sincero y con estrellas del 1 al 5.
Así que espero que les guste, y bienvenidos a soñar, la puerta a la magia esta abierta...